CRONICA DE UN VIAJE A CISJORDANIA (2ª PARTE)
Nablus o Naplusa es una de las ciudades mas grandes e importantes después de Jerusalén, por eso alberga una de las universidades. Llegar a Nablus es conocer el horror sufrido en vivo. Para entrar a ella, viniendo de Jerusalén, tienes que pasar antes por varios checkpoints, en nuestro caso siete, donde una y otra vez tienes que mostrar tu pasaporte y esperar a que el soldado (mujer u hombre indistintamente, ya que el servicio militar para los Israelíes es obligatorio y de por vida) este de buen humor ese día y te deje pasar sin problemas y esperas. El más importante de los checkpoints esta situado a la entrada de Nablus, el de Hawara. Contemplarlo es indignante, carros blindados a ambos lados del camino, decenas de militares armados hasta los dientes y una valla metálica al lado derecho de la carretera, coronada por una pequeña puerta metálica en forma de torno giratorio, donde por mucho que lo intentes solo puede pasar una persona a la vez. A cualquier hora del día hay cientos de personas agolpadas en este estrecho pasillo de campo de concentración, indistintamente, hombres, mujeres, niños pequeños y ancianos, pues todos los Palestinos que quieran entrar y salir de Nablus para cumplir con sus quehaceres diarios deben sin miramientos esperar su turno, independientemente del tiempo atmosférico que haya, y rezar para que esta vez les dejen pasar los soldados. Allí da igual si uno esta muy enfermo, tiene prisa o no, el ritual es siempre el mismo, el soldado mira la tarjeta de paso, vuelve a mirarla y lo mismo a su propietario (ya he dicho que da igual si es una mujer cargada con bolsas de alimentos, que viene de trabajar, un niño o un anciano enfermo), si al soldado de turno se le antoja “porque si” que ese día esa persona no pase, no lo hará, y ya podrá llorar, suplicar o patalear, que será en vano. Aparte de rezar para que les dejen pasar, esta gente también debe hacerlo para que ese soldado, tenga un corazón, y no lo tenga de hierro como las balas que dispara y no este aburrido deseando divertirse con el o ella. Es decir rezar para que no le haga pasar ninguna humillación o vejación, por el solo hecho de ser palestino. Nosotros tuvimos la gran suerte de pasar sin problemas, quizás el hecho de que el monovolumen estaba bien identificado por todos lados con las siglas TV bien visibles, o porque nosotros si tuvimos suerte y ese día nos toco “el soldado con corazón” ¿quien sabe?..
La imagen que se presenta nada mas entrar a Nablus es entristecedora, decenas de casas derruidas por los bombardeos junto con otras de recientes construcciones recién empezadas. Los palestinos, son gente que nunca se rinde, y si una bomba o un carro de combate les han destrozado, su casa, al poco tiempo, con sus propias manos, sin ayuda de ningún tipo de tecnología y si el status de la familia lo permite, empiezan a levantar una nueva, sobre las ruinas de la antigua. El paisaje por lo tanto es desolador, decenas de casas derruidas mezcladas con construcciones de esperanza de un nuevo hogar.
Llegamos al hotel, no sin antes pasar a visitar a la madre de nuestro amigo Hafez de Madrid, una encantadora y maravillosa madrileña, casada desde hace mas de 20 años con un Palestino de Nablus (Doctor del Campo de Refugiados de Balata), con el que además de Hafez, ha tenido dos hijos mas, L. y Y. Su casa esta vigilada desde lo alto por una caseta de francotiradores que apuntan sus armas a su terraza, pero el espontáneo carácter español de M.E, le restaba importancia al hecho y cuando subimos a la terraza, nos decía: ¡Saludar a mis vecinos, mírales allí están..holaaaa!. Ella se alegro mucho de vernos, aunque no nos conocía en persona y las convencimos que se vinieran las dos mujeres de la familia con nosotros a comer con los niños del campo de refugiados de Asker, parte de nuestros niños que conocimos en Madrid. Pero no imaginábamos la desagradable sorpresa que nos íbamos a encontrar al llegar al centro de ocio de Asker, allí solo estaban 3 del total de los 12 niños ¿el resto?, nos pedían dinero si queríamos verlos, si ¡increíble! pero en el campo de Asker hay dos personas miembros paralelos de una organización española que les hacen de sicarios, en el sentido completo de la palabra, Nosotros nos quedamos perplejos con esta petición, ya que nuestro único interés era estar disfrutando esa tarde con los niños jugando con ellos, pero parece ser que el destino nos ponía en el camino de descubrir una trama de corrupción española, de la que sentimos vergüenza por pertenecer al mismo país ayudados por dos personas sin escrúpulos, que siendo del mismo pueblo y diciendo que ayudan a esta pobre gente, les tienen sometidos y chantajeados, pidiéndoles a cambio de amenazas diversas un dinero que no pueden pagar las familias, y todo ello centralizado en una organización que se hace llamar así mismo ONG con sede en Madrid cuyo nombre PAZ AHORA, es una paradoja que insulta, y que por envidia aparte de impedirnos realizar nuestro trabajo, nos impidieron realizar una de nuestras ilusiones y motivo del viaje, el estar con los niños. Pero dicen que cuando haces las cosas de verdad con el corazón, la providencia te ayuda, nosotros somos así y no buscamos nada a cambio, pues por este documental encargado por el CJE (Consejo de
Pero también como en todo existe la otra cara de la moneda, dos manzanas podridas no estropean este cesto que es la maravillosa gente Palestina, gente increíble que arriesga su vida por contar la verdad, gente que solo desea ayudar a su pueblo sin pensar en nada mas y que es feliz cuando un grupo de jóvenes españoles van a ser sus emisarios con Occidente de lo que realmente esta pasando. Personas increíbles y maravillosas como toda la gente de
En Nablus también hemos sido testigos de lo que es una noche cualquiera, encerrados por nuestra seguridad vital en un hotel mientras de fondo en las calles, se escuchan los disparos entre Hamas y Al Fataa. También hemos sido testigos en primera persona de las humillaciones de los checkpoints, fue regresando del campo de refugiados de Al Faraa, de ver al resto de los otros niños, que al contrario que en Asker, no tuvimos ningún problema y la experiencia y el recuentro fue increíble, no todos son iguales que estos desgraciados mafiosos.
La verdad es que esta es la anécdota divertida de todo el viaje, digo divertida porque así la hicimos nosotros, pero otra persona cualquiera lo hubiera pasado muy mal en nuestro lugar ¿cuantas cientos de personas habrán logrado humillar como intentaron hacer con nosotros?... Como he dicho regresábamos de Al Faraa camino al hotel de Nablus y nos sorprendió un jeep militar Israelí parado en medio de la carretera, que nos dejo pasar, pero decenas de metros después nos obligaron a parar en un checkpoint. Los soldados después de comprobar nuestros pasaportes y credenciales, riéndose entre ellos nos hicieron bajar del coche, ponernos en fila a un lado del arcen mientras revisaban con un perro la furgoneta entera, solo por el simple hecho de divertirse, mientras claro para que estuviéramos tranquilitos nos enseñaban orgullosos y sonrientes sus armas. He de decir que eran casi niños, como mucho tendrían 19 años recién cumplidos, y allí estaban orgullosos de divertirse un rato con los españolitos de la tele. Pero algo ocurrió allí y en fila, muertos de frió en el arcen, empezamos hablar con ellos, pero de una manera curiosa: “¡Eh Johnny (uno se llamaba así), que esta dice que eres muy guapo que vengas que te tira una foto”, y cosas por el estilo, claro Johnny se sonrojaba y nos amenazaba con el arma, pero nosotros dale que dale con las conversaciones absurdas. El frió empezó a calarnos los huesos y ante el impedimento entre risas de los soldados de coger nuestros abrigos y apuntándonos para que les obedeciéramos, nos animaban a mirar lo bonito que era su país ¡¡grrrrr!!, así que para entrar en calor y bajo la atónita mirada de los soldados Israelíes, de Issa y de nuestro amigo de
En Nablus pasamos dos de los tres días que teníamos previstos, ya que un poco atemorizados con las continuas amenazas y posteriores desagradables situaciones vividas por culpa de los sicarios de esta corrupta organización Española, decidimos por nuestra seguridad adelantar la vuelta un día y regresar de nuevo a Jerusalén. Entre todos nos secamos nuestras lagrimas de rabia, y nos volvió de nuevo fuertes para poder seguir con nuestro trabajo, el de poner imágenes a las voces que están sufriendo.
Todas las experiencias negativas vividas en Nablus se transformaran en lágrimas de alegría cuando fuimos a visitar el campo de Refugiados de Balata (Nablus). Una pequeña extensión de cuatro kilómetros cuadrados donde viven afinados 35.000 Palestinos, un autentico hormiguero de minúsculas casitas hechas con ladrillos y uralita, la mayoría niños, donde por desgracia Issa paso algún tiempo allí viviendo con su familia, antes de poder irse todos a vivir a Jerusalén.
Un campo de Refugiados donde la risa e ilusión de los niños lo invadía todo cuando aparecimos, donde sus maravillosas gentes nos recibieron con los brazos abiertos, pues éramos puros de corazón y con mirada limpia, donde llorando un anciano desconocido a algún miembro del equipo le agarro con cariño las manos mientras le decía: “por favor no penséis que los Palestinos somos gente mala por lo que os esta llegando a vuestro país de los enfrentamientos entre Hamas y Al Fataa, nosotros no queremos eso, solo deseamos vivir en paz todos juntos con nuestras familias, por favor no penséis eso, aquí el verdadero problema es la ocupación que nos están haciendo y que tan solo deseamos que nos dejen vivir como personas compartiendo la tierra todos juntos y en paz”. Imágenes y palabras como estas se quedan grabadas en la retina para siempre.
Pasamos en Balata uno de los días mas maravillosos de nuestro viaje, junto con la tarde que pasamos en el campo de refugiados de Jerusalén, que ya os contare mas adelante. Los niños de Balata que eran centenares y salían por todos lados como hormiguitas, disfrutaban con nuestros cámaras, haciendo a veces de improvisados reporteros televisivos, cuidando la cámara que se les dejaba con un mimo sorprendente, grabándonos a nosotros, a sus amigos y al resto de niños. Otros del grupo nos dedicamos a jugar con los niños, haciéndoles ingenuos trucos de magia y malabares e intentando aprender entre risas sus nombres, se reían por nuestra mala pronunciación aun así ponían todo su empeño y cariño en enseñarnos. Posaban como modelos para nosotros y luego ellos nos hacían de fotógrafos. Echamos una partida al futbolín, reímos, jugamos, cantamos y por unas horas la felicidad reino en todo el campo, sus madres nos sonreían con afecto al ver la alegría de sus pequeños. He de deciros que en Balata TODAS las familias que allí viven, sin omitir ninguna han perdido a alguien de su familia, es decir les han matado, un hijo, una hija, un padre, una madre, un primo, un tío...todas han sufrido la perdida de alguien muy querido, pero aun así saben reconocer aquel que llega con el corazón y la mirada limpia, con el único deseo de traer un poco de alegría y felicidad a sus confinadas vidas, abriéndoles su corazón de par en par. Este increíble pueblo tiene el “don mágico” de mirar a través de los ojos y descubrir sin engaños el alma de la gente y reconocer sin dudar a la “gente bonita de corazón”.
Ese día todo el grupo por primera vez en Nablus, lloro de felicidad y cogio de nuevo fuerzas para seguir luchando por mostrar la verdad…..
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