ABRIR LOS OJOS PELLIZCANDO EL ALMA

Hoy es uno de esos días en que la soledad de la lluvia, acompañan a las musas de las letras y he decir que hoy me estoy aprovechando con creces de ellas. Ayer recibí el encargo de terminar mi presentación para las charlas y talleres que voy hacer sobre Palestina en varios Institutos de Secundaria. Reconozco que no soy experta en el tema Palestina, es mas mi lógica a veces me abandona, pero si reconozco que soy experta en “pellizcar el corazón” con mis palabras. He asistido a decenas de charlas de todo tipo sobre la causa de Palestina, pero me he dado cuenta de algo como persona joven que me considero con 36 años que cumplo en breve, que mi memoria aunque se llene de datos y cifras, a veces escandalosas, no deja de anular mi corazón, que es con lo que siempre hablo.
Cuando empecé a preparar la presentación visual para mis charlas, me decidí hacerla a la manera “correcta”, pero una vez que la leía y releía, algo no me cuadraba en lo que había creado, por intentar ser “políticamente correcta”, me estaba olvidando de lo mas importante, mi corazón y lo que mis ojos verdaderamente vieron en esa tierra de olivos que intentan sobrevivir. Hice una pequeña regresión a mi adolescencia y me puse de nuevo en la piel de una muchacha que a día de hoy con 16 o 17 años, viviendo con todas las comodidades posibles, pensando en como va a pasar el fin de semana, y en convencer a su madre para que le compre esa mini que ha visto en un escaparate y con la que estaría irresistible ante el tío que le gusta, y demás motivaciones adolescentes tan cotidianas como estas. Esa joven que recree en mi mente "sin metas idealistas" iba a ser alguien que me escuchaba y para los que son como ella, iba dirigida mi charla. Por este motivo me he puesto como meta abrir los “ojos de todos esos chicos y chicas, socialmente acomodados”, realizando un experimento previo de sensibilización con los adolescentes de mi familia.

Una vez finalizado mi peculiar experimento, los datos que he obtenido han superado con creces mis expectativas. Pues el resultado final es que para pellizcar el alma a veces hay que ser un poco radical y no ocultar la verdad. Un poco de Justicia suave lo llamo yo.

El experimento consistió ni mas ni menos en mostrar la realidad con imágenes, en y en transmitir la realidad con palabras salidas del corazón de quien ha visto con su mirada, lo que ocurre y acabarlo con un sencillo ejercicio de empatia, para dejar aflorar las verdaderas emociones.

Mi presentación y charla gira en torno a una serie de datos y cifras bien documentados sobre las matanzas de Sabrá, Chatila y Jennin, una serie de fotos muy reales sobre las victimas de estas matanzas (niños y jóvenes), que provocan en quien la ve, automáticamente el rechazo, la indignación y el dolor, una muestra de la realidad de la juventud palestina en el año 2007, así como la vida diaria, a la que se enfrenta diariamente de la juventud Israelí, que muchos aunque estando en contra de lo que esta ocurriendo, son muy pocos aquellos/s que pueden alzar la voz y rebelarse, por miedo a las penas de prisión, la venganza y el rechazo social de sus propios semejantes.

Y por ultimo llegamos a la parte que mas le divierte de la charla (en el buen sentido de la palabra), a un ángel justiciero como yo, la empatia para dejar aflorar las emociones ocultas. Es decir poner al sujeto A: chico/a que vive con todas las comodidades posibles, pensando en como va a pasar el fin de semana, y en convencer a su madre para que le compre esa ropa que ha visto en un escaparate y con la que estaría irresistible ante la persona que le gusta, en lugar del sujeto B: chico/a palestino/a que ha quedado con sus amigos para ir a ver un concierto de su grupo favorito en una localidad próxima. Es decir yo en este caso “me pongo en el papel del que tiene el poder porque tiene armas de fuego y controla la situación” y el o ella en el papel del que solo quiere divertirse como lo hace cualquier joven de su edad en cualquier parte del mundo. Lo que ocurre en este ejercicio empatico es que la persona avasallada sin motivo por mi, empieza a dejar de controlar sus emociones, pero no es suficiente porque quiero que la empatia la sientan realmente, así que me crezco, porque yo soy una soldado, que tiene el poder y que no quiere dejar pasar hoy a nadie por el checkpoint imaginario que esta vigilando. Sujeto A metido en la piel del sujeto B, empieza a sentir; primero la rabia, luego ira, mas tarde intenta convencerme con argumentos para intentar que me sienta culpable de mis actos, lo que acrecienta mi furia (ya que no debo olvidar que mis superiores estarán orgullosos de mi comportamiento), el conejillo de indias de mi experimento, se empieza a olvidar de que hay gente mirando y se mete cada vez mas en el rol que quiero, pero como yo también me meto muy bien en el papel que interpreto, me empiezo a cansar de su actitud, sensiblería y palabras, así que de manera sorpresiva y sin esperárselo siquiera, le empujo contra la pared y por sorpresa, sin tiempo a reaccionar, le apunto a la cabeza con mi imitación de pistola (que da totalmente el pego con una real), mientras le digo ¡¡cállate te he dicho que no pasas ¿es que quieres que te vuele los sesos??!!!. Entonces en mi cobaya particular aparece el fin que quería conseguir….el miedo en sus ojos. Una vez liberado solo le pregunto: ¿Ahora entiendes lo que te he intentado explicar? ¿Ahora sientes lo que te he intentado explicar con palabras? ¿Ahora comprendes porque nadie debe someter a nadie, ni el poderoso, al débil, ni el rico al pobre, sino intentar hacer algo para que nadie a partir de ahora vuelva a vivir en la realidad lo que tu acabas de vivir en la ficción?...Las respuestas de todos han sido “Si lo entiendo”, entonces de manera mágica empiezan a dar vueltas a sus cerebros de adolescentes y a empezar a ver la realidad con los ojos del corazón.
Una terapia agresiva, una justicia suave que pellizca el alma para “abrir los ojos a los que sufren”

Se que igual me echan de algunos institutos por hacer este tipo de charla-taller, pero me da igual, porque nunca me he podido callar ante las injusticias, quizás porque en mi vida ya he aguantado y padecido muchas y se como se siente quien las sufre. A mi también me hubiera gustado entonces que alguien hubiera intentado “abrir los ojos del corazón a los demás”

Ahora os dejo y sigo con mi presentación, porque en esta guerra no solo hay terroristas y soldados, sino gente tan normal como tu y yo que no merecen que los poderosos sigan sometiendo a los débiles, sean jóvenes palestinos confinados o algunos jóvenes israelíes que viven muertos de miedo y de alguna forma también oprimidos por los que tienen el poder.

Me gusta la lluvia porque hace que la mente se vuelva mas nitida....

P.D.: La foto esta sacada un domingo cualquiera en Jerusalem, un joven cualquiera que se siente mas poderoso por portar un arma llena de balas.